En la vida nos encontramos con todo tipo de obstáculos que no siempre son fáciles de afrontar. Pero de nada sirve quejarse y lamentarse y no hacer nada por cambiar las cosas. Tampoco hay que exagerar los obstáculos haciendo hincapié en lo complicada que la situación puede llegar a ser, ya que esto no es más que una manera de autoengañarse y de perder mucha energía innecesaria por el camino. Se trata simplemente de aprender de los errores cometidos y de sentirse satisfecho con los aciertos o las decisiones tomadas.
• Considera que los obstáculos que aparecen en el camino pueden ser una buena oportunidad para crecer y para aprender a tomar decisiones. No para sufrir.
• Practica alguna técnica de relajación mental que te permita recapacitar y centrar tu atención en aquello que realmente deseas conseguir en la vida. Trata de descubrir cuáles son tus objetivos y tus deseos.
• Una buena pregunta ya encierra la respuesta. Del mismo modo, tras muchos problemas yace la información necesaria para resolverlos. Intenta descubrirla.
• Permítete escuchar tus dudas, pero no dejes que éstas mermen tu energía creadora.
• Utilizar el humor como un medio para tomar distancia y no dejarte abrumar por la primera impresión.
• Vive en la realidad, no el falso mundo de los prejuicios.
• Observa cuáles son las trampas que añades a los obstáculos que te encuentras. De nada sirve minimizarlos y creer que si lo superamos seremos más fuertes o poderosos, que valemos más o que nuestro sacrificio nos permitirá ser mejor aceptados por quienes nos rodean.