Condiciones necesarias para un buen parto

Los elementos necesarios son: el cráneo del niño y la pelvis de la madre.\n\nLas mejores condiciones están reunidas cuando el niño llega a término porque el desarrollo del cráneo está óptimo ofreciendo el mejor conjunto de flexibilidad/solidez.

– El niño no debe ser demasiado grande pues esto aumenta el conflicto cráneo/pelvis materna.

– La pelvis materna debe ser equilibrada sin bloqueo a nivel de las articulaciones esenciales como las sacro-ilíacas o el pubis. Estos bloqueos provocan zonas duras que no permiten la adaptación de la pelvis a las fuerzas mecánicas del momento. La elasticidad de los tejidos blandos es importante también para que no hagan demasiada resistencia.

– La inercia de los tejidos es uno de los elementos más importantes a nivel mecánico en el momento del nacimiento. Podemos decir que los tejidos del cuero pueden aceptar grandes fuerzas mecánicas pero necesitan tiempo para hacerlo. Entenderemos la inercia tomando el ejemplo de un bote sobre el agua que queremos mover disponiendo de una cierta cantidad de energía. Podemos transmitir esta energía de dos maneras:

· La primera consiste en trasmitirla en un tiempo muy corto lo cual dará una fuerza intensa pero breve. El bote avanzará poco pues no se respetó su tiempo de inercia. Se comportará como un conjunto fijo, la mayor parte de la energía transmitida será devuelta y el operador se lastimará.

· La segunda consiste en diluir la energía en un tiempo largo. La fuerza así creada será poco intensa pero persistente. El bote se moverá dócilmente esta vez.

Todos hemos experimentado que es más difícil desplazar la mano cuando está sumergida en el agua. Si lo hacemos queriendo moverla rápido nos daremos cuenta que la resistencia al desplazamiento es mucho más importante. Esta resistencia del agua al movimiento de la mano es la prueba de este tiempo de inercia mayor.

El cuerpo humano es un medio hídrico. Los tejidos del cuerpo están constituidos por un mínimo de 65% de agua. Su tiempo de respuesta frente a un requerimiento exterior es relativamente largo. Muestran una gran inercia al movimiento.

El tiempo de inercia depende igualmente de las estructuras consideradas. El hueso por ejemplo es mucho más denso que el músculo y exigirá para deformarse, mucho más tiempo.

En el momento del parto se presenta el mismo tipo de situación. El niño debe abrirse paso a través de tejidos que se resisten a su progresión. Lo ideal son fuerzas de empuje suficientemente intensas para hacer progresar al niño pero que dejan el tiempo a los tejidos de la pelvis materna y del cráneo del bebé para que se adapten a las deformaciones.

La prevención del parto durante el embarazo tanto en el plano psicológico como mecánico tiene mucha importancia. Es en este momento cuando el organismo de la madre puede prepararse para levantar tensiones y barreras mecánicas importantes.

– La presentación del niño es igualmente importante pues condiciona el desarrollo mecánico fácil o no de las distintas fases del parto.

– La utilización de fórceps, ventosas y otras herramientas, aunque indispensable a veces, pueden contribuir a crear o empeorar deformaciones craneales en el niño.

El uso de fórceps o ventosas por no progresión implica dos indicaciones osteopáticas:

– La no progresión indica una impresión de las líneas de fuerzas en el organismo del bebé. Las fuerzas provocarán una lesión ostepática de impactación entre dos suturas craneales.

– Se trata pues de una anomalía de superficie. Una ventosa deja huellas en superficie pero igualmente en profundidad porque tracciona las membranas intracraneales y la duramadre hasta el sacro.

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