La medicina psicosomática

Raúl Sánchez García - Osteópata D.O.

La medicina psicosomática

La teoría psicosomática defiende la doctrina de la unidad de cuerpo y alma del enfermo, quién está inmerso en una red de relaciones sociales. Describe en qué forma y medida la aparición, el curso o la superación de las enfermedades físicas están determinadas en cierto grado por procesos biológicos, psicológicos y sociales.» (B. Luban-Plozza).

Las enfermedades psicosomáticas son aquellas cuya manifestación y desarrollo está influenciado por factores pisocosociales y esto es demostrable. Generalmente, los pacientes que acuden a mi consulta osteopática, presentan una sintomatologia física. Los conflictos y tensiones mentales se convierten en síntomas físicos y no son capaces de percibir cuáles son los correlatos psicológicos de estos síntomas. Esta incapacidad perceptiva les hace convencerse de que sufren una verdadera enfermedad física, en algunos casos extrema como puede ser un cáncer, SIDA… por eso es tarea ardua, pero necesaria del terapeuta hacer entender y aceptar a estos enfermos cuales son las causas reales desencadenantes de su malestar físico.

La «enfermedad psicosomática» es un modo, una vía de acción del inconsciente, para expresar algo que está reprimido. Es un desbordamiento, que se expresa mediante símbolos, que representa lo inconsciente, lo irracional, lo amoral, lo caótico, y necesita escapar de la represión, haciéndolo en este caso mediante síntomas. Lo más adecuado sería que lo canalizase a través del lenguaje, del arte…, y de eso hay que tratar de convencerle, para lo cual, lo más adecuado normalmente es una buena terapia conducida normalmente por quiénes mejor pueden guiarle en estas circunstancias: el psicólogo y/o el psiquiatra.

La somatización se produce porque el paciente busca normalmente la dolencia física y descuida la parte mental. Responsable de esto es, en parte, el rechazo social que existe hacia la psicología. Nos resulta más fácil contar a alguien que se tiene una úlcera, a admitir que se sufre una depresión. Por un lado es un poco incomprensible ya que la mente forma parte de nosotros igual que el cuerpo, sin embargo, en esta sociedad se le ha atribuido mucha importancia al cuerpo descuidando la psique, sin darnos cuenta que muchas enfermedades físicas no tendrían razón de ser si no fuera por la mente. Es un aspecto social que sin duda va avanzando, pero no con la rapidez que cabría esperar dada la importancia que tiene. Esta carencia se ve reflejada en la sanidad, por ejemplo, observando el reducido número de psicólogos y psiquiatras en comparación con el número de cardiólogos, otorrinolaringólogos… Y los pocos que hay están saturados de trabajo teniendo que atender con pocos recursos y sin tiempo a demasiados pacientes.

De aquí se desprende el descontento de la gente hacia este campo de la medicina, por eso no es raro escuchar frases como esta: «vas al psiquiatra y lo único que te hace en los 5 minutos de consulta es atiborrarte a pastillas, drogarte y dejarte agilipollado para que no te cosques de nada. Te pone zombie».

Raúl Sánchez García - Osteópata D.O.

La medicina psicosomática

Entendamos la situación: el paciente acude a consulta, y ya sea por sus defensas psíquicas, por insensibilidad de algunos médicos o por falta de recursos, a medida que transcurre el tiempo está más convencido de que sus dolencias tienen una causa física, y somatiza la enfermedad. Esto provoca una falta de comunicación con el terapeuta que se va dando cuenta del problema real. Y esta falta provoca una cronificación de la enfermedad. Cuando digo que a veces hay una insensibilidad médica me refiero que, a veces, hay casos en los que el médico, generalmente de cabecera, cuando detecta un problema psíquico se limita a decir al paciente que lo que tiene son «nervios», y en algunas ocasiones recetan al paciente tranquilizantes. Desde mi punto de visa este modo de actuar es erróneo ya que esa inespecificidad angustia más al paciente, y hace que se vaya a casa con un sentimiento de impotencia y de desamparo. La palabra «nervios» es muy ambigua, pero no creo que sea un diagnóstico suficiente para muchos pacientes, por esto lo ideal y conveniente sería remitir a estos pacientes a un profesional de salud mental, algo que sólo se suele hacer cuando las visitas del paciente al médico son constantes, momento en el que probablemente el estado psicológico del paciente ha empeorado. Por otro lado hay que decir, que hoy día se forma a los médicos de familia en salud mental, para que sean autónomos a la hora de detectar y tratar trastornos mentales, generalmente leves. De este modo se intenta conseguir que en los Centros de Salud Mental especializados no haya tanta saturación, y así, se pueda dedicar más tiempo a los trastornos mentales graves. Aunque es una medida positiva, es también un arma de doble filo, ya que esto hace que haya menos personal especializado.

Se habla de enfermedades psicosomáticas sólo cuando un trastorno psicológico ha conducido a una deficiencia orgánica y con ello a la enfermedad psicosomática. Pero probar esta relación es muy difícil, aunque en un futuro el desarrollo de la psicoinmunología puede ayudar a dilucidar este problema.