Homeopatía: «lo semejante cura lo semejante»

Raúl Sánchez García - Osteópata D.O.

Homeopatía: “lo semejante cura lo semejante”

La homeopatía es un método terapéutico que aplica en la práctica médica el fenómeno de la similitud: sustancias susceptibles de provocar en un individuo con buena salud una serie de síntomas, pueden curar esos mismos síntomas en un apersona enferma, a condición de que se utilice en una dosis baja. En definitiva, la homeopatía descansa así sobre dos nociones fundamentales:

– el fenómeno de la similitud,

– la dosis infinitesimal

La idea de una posibilidad terapéutica mediante lo semejante se remonta a la escuela de Hipócrates, que había mencionado ya cinco siglos antes de nuestra era que: «Las mismas cosas que han provocado el mal, lo curan».

Fue un médico alemán, Samuel Hahnemann quien, hace dos siglos, se propuso verificar experimentalmente ese fenómeno y extraer de ello enseñanzas prácticas en el plano terapéutico. Esta terapéutica consiste en dar al enfermo como medicamento la sustancia susceptible de provocar experimentalmente en el hombre sano el mismo cuadro clínico, la misma (homeo) enfermedad (pathos).

Para comprender la acción, y con ello la utilización terapéutica de la homeopatía, hay que saber que sus posibilidades de curación no sólo están ligadas a las posibilidades farmacológicas de la sustancia de base, sino también a la sensibilidad del enfermo.

En la práctica, la acción del medicamento homeopático depende de dos fenómenos complementarios:

– cuanto más activa, e incluso tóxica, es una sustancia, más provoca (o cura) síntomas evidentes e idénticos en todas las personas;

– cuanto más sensible a una sustancia es una persona, más numerosos, variados y subjetivos son los síntomas que esa sustancia provoca (o cura) en ella; los síntomas aparecen (o desaparecen) tanto más rápida y eficazmente, y con cantidades mucho menores cuando la persona es sensible a esa sustancia.

La homeopatía es una terapéutica de la adaptación y de la reacción del organismo; para ello es necesario:

– que la enfermedad sea reversible. La mayor parte de las lesiones, inflamaciones e infecciones son reversibles; en cambio, las anomalías genéticas, el envejecimiento y la degeneración de los tejidos, por ejemplo, no lo son;

– que la persona tenga posibilidades de reaccionar. Cuanto más joven es una persona y más a salvo está de patologías crónicas o de tratamientos fuertes, mayor es su potencial de reacción; a la inversa, una persona de edad, afectada de una polipatología y sometida a numerosos tratamientos, no reacciona tan bien al estímulo del medicamento homeopático;

– que exista una sustancia capaz de provocar la misma enfermedad y de curarla bajo la forma de medicamento homeopático. La experiencia de doscientos años de experimentación y de práctica médica ha permitido a los médicos homeópatas concocer varias centenas de medicamentos (en la actualidad 1.163 medicamentos son reembolsados por a Seguridad Social francesa) que responden a la definición de la homeopatía y cubren la mayoría de los síntomas observables. En España, sin embargo y por desgracia, las cosas son diferentes: el Real Decreto 2208 del 16 de noviembre de 1994 declara a los productos homeopáticos de venta exclusiva en farmacias, pero excluye su financiación con cargo a la Seguridad Social.